La guerra tecnológica entre Estados Unidos y China ha entrado en su etapa de mayor fuerza, luego de que la empresa Huawei rechazara rotundamente el lapso de tres meses que el gobierno estadounidense les diera, para permitirles formar su propio sistema operativo antes de romper toda relación con ellos; esto tras el veto de esta marca que el mismo gobierno, encabezado por Trump, dictaminó. El gobierno de China por su parte, había amenazado a los estadounidenses con suprimir el suministro de insumos, situación por la cual los americanos recularon en su intento de excluir inmediatamente a la compañía asiática.
Para Ren Zhengfei, fundador de esta empresa multinacional, el plazo que el gobierno americano les dio para desarrollar un sistema informático propio es un sinsentido. Ren Zhengfei declaró en la cadena televisiva china CCTV lo siguiente: “la autorización temporal de 90 días de EE UU no tiene valor para nosotros. Estamos preparados”. Asimismo, Zhengfei considera que Estados Unidos ha minimizado a su empresa y ha mencionado que el conflicto entre ellos es un hecho inevitable. La prórroga que Estados Unidos brindó a Huawei pretendía evitar repercusiones, así como minimizar el impacto en los servicios de comunicación, caída de los sistemas y redes de datos, consecuencias que esta disolución repentina advertía.
Se sabe que algunos países más, entre ellos Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Australia, Canadá, Alemania y Japón tienen en consideración imponer restricciones a los equipos de Huawei; todo esto por la preocupación en cuanto a la seguridad nacional. Por lo visto, Huawei está plenamente confiado en sus desarrolladores informáticos y al parecer se prepara para revolucionar el ámbito tecnológico, que se prevé tenga gran impacto en la cotidianidad de las personas.
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