El viernes santo el país se vio conmocionado por la muerte de 15 personas incluido un niño de un año de edad que fue asesinado junto con su padre. Días antes, en marzo, un menor de 11 años fue asesinado en el municipio de Las Choapas; en enero un menor de 16 años fue torturado y asesinado en Orizaba. Más reciente en San Andrés Tuxtla a Luis Mario, de 16 años, le dispararon por la espalda con una escopeta.
El fin de semana pasado a dos jovencitos los asesinaron en una misa de XV años que se celebraba en Fortín de Las Flores. El día de ayer se reportó en Chicontepec la muerte de un menor de nueve años, que fue asesinado junto con su madre. Al parecer los niños están en peligro en Veracruz.
A los delincuentes ya no los detiene la edad de la víctima, no les importa que sean niños, como tampoco le importa a Cuitláhuac García, quien justo el día que asesinaron a los dos menores en Fortín de Las Flores, estaba inspeccionando las instalaciones de su Festival de Salsa. ¿Y cree usted que interrumpió su recorrido? No, ni siquiera vía Twitter mandó un mensaje consolador a los familiares de las víctimas. Así de sensible nuestro gobernador de la Cuarta Transformación.
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