Zenyazen, el de la SEV, líder de papel de la Cuarta Transformación jarocha

Zenyazen Escobar García FOTO: WEB

El que traiciona una vez, traiciona dos veces, y las cosas deben de llamarse por su nombre; los epítetos y eufemismos románticos que los aduladores y corifeos les endilgan a los que a base de intrigas y traiciones llegan al poder, salen sobrando. El camino de Zenyazen Roberto Escobar García como diputado local pasó sin pena ni gloria, no hubo propuestas legislativas congruentes y concretas, esa fue la característica principal.

Durante el tiempo que estuvo como diputado no hizo absolutamente nada a favor de los maestros. Hoy los aduladores lo pintan como la encarnación de Vasconcelos, como el Luther King de los desamparados. Lo que estos personeros olvidan es que desde que llegó a la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), ésta se ha visto copada por sus subalternos. No ha podido responder a los duros cuestionamientos de nepotismo de sus viejos camaradas de avenida y de banqueta.

Ahí está el caso de Lilian Cuevas, quien ha ocupado el puesto para favorecer a su hija con un cambio de adscripción inmerecido. También está el caso de Maritza Ramírez Aguilar, quien puso a una de sus novias frente a una subdirección en oficina; o las marranadas del tal Jarocho, quien a voz de cuello grita que él vino a la SEV a hacer dinero.

Sin hacer menos al gris subdirector de Desarrollo Educativo, que puso hasta el perico en nómina. Acaso ese silencio es digno de aplaudirse, acaso creen los corifeos que hacen bien en escribir que Escobar García es el mejor contribuyente para elevar la calidad educativa. No sería mejor reconocer que aún hace falta mucho por hacer en lugar de ponerse de tapetes.

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