Joseph de Maistre, dijo con mucha puntería que cada pueblo o nación tiene el gobierno que merece. En el caso del estado de Morelos y de Veracruz, esa es la realidad, los electores de manera respectiva votaron y eligieron a Cuauhtémoc Blanco como el gobernador de Morelos y, a Cuitláhuac García como el mandamás de Veracruz.
En Morelos, al exfutbolista no le basto el entrenamiento que recibió como presidente municipal, y no ha podido con el paquete de gobernador. La alta incidencia delictiva supera los máximos alcanzados en el anterior gobierno de Graco Ramírez, las protestas contra su administración demuestran el descontento de aquellos que ingenuamente votaron por un hombre engreído, sobrado, y falto de experiencia para gobernar. Y algo muy significativo, al igual que su colega Cuitláhuac García, Cuauhtémoc Blanco no ha podido quitar al fiscal Uriel Carmona Gándara. En otras palabras el exfutbolista, sirve para dos cosas.
En Veracruz no cantan mal las rancheras, los índices de secuestros se elevaron, ciudades como Poza Rica, Coatzacoalcos, y Xalapa, se han convertido en territorio comanche. El cobro de piso ha regresado a los mercados y los asesinatos están a la orden del día. El supuesto remedio de combatir crimen, con las supuestas 168 patrullas, se les hizo engrudo al querer justificar los moches. Y al igual que al ñero de las patadas, el Cuic, tampoco ha podido quitar al fiscal. En otras palabras, el Cuauc y el Cuic, sirven para dos cosas.
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