Fueron más de mil los intoxicados por los pasteles que World Vision obsequió a varios municipios para festejar a los niños en su día. Según datos recopilados World Vision es «una organización humanitaria internacional dedicada a trabajar para que las niñas, niños y adolescentes vivan: libres de pobreza, tiernamente protegidos en comunidades sustentables». La fundación apoya a más de 24 millones de niños en todo México, niños que han experimentado al menos una forma de violencia.
En el portal worldvisionméxico.org se anota que su misión es: «Trabajar con las personas más vulnerables para promover su transformación humana y buscar la justicia social». Su visión es «hacer posible que cada niño y niña tenga una vida en toda su plenitud». Desde esta perspectiva es difícil creer que World Vision tuviera la intención de lastimar a los niños o a los adultos que los acompañaban.
Los valores que esta fundación proclama está el «amor al prójimo, servicio a los más necesitados, la sensibilidad ante situaciones complejas y el uso adecuado de los recursos». Si se va a buscar a los responsables de que miles de personas, 779 de estos niños, estuvieran en riesgo de morir, está muy bien. Pero se debe tomar en cuenta si hubo intencionalidad o si todo fue un error, un grave error.
«Sectwatch» organismo que hizo esta investigación: «World Vision» es una agencia evangélica transnacional que tiene como uno de sus fines prioritarios promover su manera particular de ver el cristianismo. Por eso las obras humanitarias estarán siempre condicionadas para alcanzar su objetivo misionero. Esta es una distinción especial que hace muy diferente a «World Vision» de otros organismos cuyo objetivo no es hacer y promover el proselitismo o ganar adeptos sino solamente humanitario.