Sepultada por los votos de 95 senadores, quedó finamente enterrada la mal llamada Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto. Hoy se cierra una historia de terror y una campaña de desprestigio contra el magisterio mexicano. El Senado de la República aprobó en lo general con 95 a favor, 25 en contra y dos abstenciones, la Reforma Educativa. Y es que la jornada tuvo sus momentos ríspidos, sobre todo por la postura del PAN. Pese al voto en contra del Partido Acción Nacional (PAN), el pleno de la Cámara de Senadores logró los sufragios suficientes para lograr las dos terceras partes, es decir: mayoría calificada necesaria para aprobarla.
Con esta acción se resume una lucha histórica entre el magisterio mexicano y el estado mexicano, quien se emperró en aplicar una Evaluación Docente, sin contar con la estoica respuesta de los maestros.
De acuerdo con el presidente de México, con la reforma se busca la creación de 100 universidades públicas, la entrega de 300 mil becas a estudiantes de escasos recursos, la eliminación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y la creación del Instituto Nacional para la Revalorización del Magisterio, eso sin contar que el nuevo currículo, podría incluir nuevas asignaturas, como respeto al medio ambiente, civismo, principios morales, arte, deporte y cultura (música). Pues hoy se cierra un sombrío capítulo, y se abre otro con la discusión de las nuevas leyes secundarias. Esto aún no termina.
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