La banda de Los pinos era comandada por el Capo Mayor Carlos Salinas de Gortari, su base de operaciones estaba en Atlacomulco, Estado de México. Sus integrantes formaban una cofradía que se defendía con uñas y dientes, en otras palabras, se tapaban con la misma cobija. Su filosofía de vida era dictada por el PRI, de donde salía un representante cada seis años y de donde salían los capos regionales que cerraban filas con el presidente, su representante principal.
Más o menos así nos imaginamos al Cártel de Los Pinos, que menciona el presidente Andrés Manuel López Obrador. «Antes en Veracruz el Gobierno era el problema, era el que representaba la banda que más dañaba al pueblo de Veracruz y esto también sucedía a nivel nacional, la banda más temible era Los Pinos, cuando ya no opera esa banda vamos de gane, nada más que algunos no les gusta que yo lo diga, pero siempre digo lo que pienso», dijo López Obrador.
Y es que no anda tan errado el Ejecutivo federal, durante 90 años el PRI dilapidó los recursos económicos de los mexicanos de manera desvergonzada. Lo peor de todo era la impunidad con la que se condujeron los gobernadores, diputados, presidentes municipales, secretarios de despacho y empresarios amigos del PRI Gobierno, que se mostraban como un verdadero cártel. No obstante, el presidente deberá tomar en cuenta que el que no cae resbala y algunos gobernadores y sus subalternos, ya dan visos de corrupción.
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