Luego de regresar de un viaje de vacaciones en familia, una joven irlandesa vivió un suceso terrorífico. Antes de salir rumbo a Islandia donde pasaría tres días con su familia, la joven de nombre Kirsten Kinch, dejó al cuidado de una guardería canina a su perrita de raza husky. Tras regresar del viaje e ir por su mascota, le fue entregado solamente un paquete cubierto con cinta adhesiva, y que contenía los restos de su perrita muerta. A partir de la publicación de este suceso Paddy Cullen, dueño de la perrera P&E Boarding Kennels, ha recibido constantes amenazas de muerte, así como duras críticas por parte de usuarios de las redes.
En su versión de la historia, Paddy Cullen menciona que en dicha ocasión le fueron entregados dos perros, uno de ellos se encontraba enfermo a causa de consumir esteroides. Días más tarde el animal murió desangrado por su recto. Tras esto las medidas que tomó el dueño de la guardería fue aislar al animal, envolviéndolo en bolsas de basura para evitar la propagación de algún virus que podría resultar peligroso para los demás perros del lugar.
En este caso será difícil determinar qué versión puede resultar verdadera, lo cierto es que de una u otra manera el verdadero afectado, y el que realmente vivió una pesadilla, fue este pobre animal que como muchos otros sólo son víctimas de las pésimas decisiones y desórdenes mentales de sus dueños. Por lo menos para estos animales su sufrimiento ya ha terminado, aunque otros aún viven literalmente una vida de perro que a quienes les hacen daño no les haría nada de gracia vivir.
Comentarios