La advertencia fue no hacer caso de anónimos, ya que los anónimos lo único que generan es caos. El supuesto mensaje del Cártel de Sinaloa pedía poner el dedo a los familiares de aquellos que la gente creyera tuvieron que ver con la masacre de Viernes Santo en Minatitlán. Los riesgos de participar en esos señalamientos están en acusar a inocentes, o en todo caso, si se llegase a acusar a los responsables, eso se debería hacer ante las autoridades y con pruebas. Esto lo decimos porque la noche del martes unos desconocidos incendiaron el autobús de Adrián Calderón Quintanilla en Minatitlán. Se dice que Adrián Calderón es hermano de “El Cursi”, Sergio Enrique Calderón, a quien señalan como jefe de plaza de los Zetas en Minatitlán.
Desde hace algunos días el mismo Adrián Calderón publicó en Facebook sobre las acusaciones donde lo señalaban, deslindándose de las acciones que alguno de sus familiares pudieran cometer; «No se que afan de o las personas de estar levantando falsos hacia mi persona si algun familiar o conocido esta imbolucrado o haciendo algo fuera de la ley que se le aplique y deje caer todo el peso de la misma pero a mi persona dejen de molestar» (sic).
Se debe tener mucho cuidado, porque gente desalmada podría aprovechar la indignación de la gente para hacer señalamientos falsos e iniciar con ello un linchamiento que podría acrecentar la tragedia. Los anónimos no tienen calidad de verdad, los anónimos se deben hacer a un lado y si acaso sólo tomarse como el síntoma de una sociedad enferma. Si hubiera una acusación sería, lo correcto es ir ante las autoridades.
Y ENTONCES EL FISCAL QUE HACE A DONDE ESTAN ESOS AVANCES DE SUS INVESTIGACIONES, VA A OCASIONAR QUE SE DERRAME MAS SANGRE, LOS DELINCUENTES NO INVESTIGAN QUIEN LA HIZO SI NO QUIEN SE LA PAGUE PASAN A TRAER INOCENTES