El lamentable incendio en la catedral de Notre Dame de París ha destapado cuáles son las prioridades de los multimillonarios en el mundo. Y es que los ricos han mostrado que para ellos es mucho más importante regalar sus millones y apoyar a la reconstrucción del edificio histórico que ayudar, como un acto de caridad, a los enfermos en etapa terminal o a la gente que muere de hambruna en África, pues el grupo internacional de hackers Anonymous reveló información que ha originado muchas reacciones en redes sociales.
Se habla de que el hombre más rico de Francia, Bernard Arnault, dio 200 millones de euros (unos 225 millones de dólares), y François-Henri Pinault, dueño del grupo de empresas comerciales Kering que incluye marcas de lujo como Gucci, Balenciaga e Yves Saint Lauren- donó 100 millones de euros (unos 112 millones de dólares) para resarcir los daños a este edificio por el gran incendio del pasado 15 de abril, pues la techumbre del edificio de 850 años resultó severamente afectada.
Cabe destacar que la catedral de Nuestra Señora es de culto católico, sede de la archidiócesis de París, la capital de Francia. Allí, la gente rica no se solidarizó con quienes menos tienen y carecen de recursos para su sustento diario. Esto ocurre poco después del término de la Semana Santa, donde se incita a los feligreses a ayudar al prójimo. Y es que la pérdida parcial de un edificio histórico ha reunido más donaciones que cualquier desastre natural o crisis de pobreza en los últimos años.
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