Los inicios del Cristianismo

Cristianismo
Inicios del cristianismo, Jesús de Nazareth FOTO: WEB
- en Opinión

Jorge Flores Martínez / Es importante mencionar que, al Igual que el tema que se abordó la semana pasada, este también tiene dos vertientes, la histórica y la de la fe. En esta ocasión solo abordaremos la vertiente histórica.

Para iniciar, es indispensable ubicarnos en el contexto del Israel del siglo primero y su ocupación por el Imperio Romano. También es importante no olvidar que Jesús nació, vivió y murió judío. Con esto como base de argumentación, podemos intentar explicar como surge el cristianismo en el siglo primero de nuestra era.

Al momento de morir Jesús, sus discípulos se encuentran con el enorme desafío de explicarse, como judíos, la crucifixión de su mesías. No comprenden qué había fallado y porqué no resultó como lo profetizaban las escrituras.

Es probable, como lo comente la semana pasada, que Jesús fuera crucificado con dos de sus discípulos y que el resto de ellos se encontraran temerosos de los romanos. Eran días terribles y de gran incertidumbre para ellos.

Pero vamos por partes para no perdernos, los discípulos de Jesús se quedan en Jerusalén y empiezan a conformar la primera vertiente del cristianismo, que es más bien una rama del mismo judaísmo y que tiene a Jesús como un profeta y mesías, pero aun carecen de libros y teología propia. Hay que recordar que son judíos en todo el sentido de la palabra.

Unos pocos años después llega a escena Pablo de Tarso, un judío con influencias del mundo helénico, se le distingue como el único de los apóstoles que no conoció a Jesús.

Ahora vamos a lo importante, el origen teológico del cristianismo. Para los judíos es inconcebible que Dios tenga un hijo carnal, su concepto es más bien retórico, todos somos hijos de Dios. Por el contrario, para los griegos la idea de Hijo de Dios es más libre, después de todo, se trata de una cultura donde no es nada difícil que los dioses tengan hijos con los hombres. Pablo, como dije, era judío, pero antes que nada era un hombre educado en un mundo helénico, no le era tan difícil racionalizar el concepto de: Dios si puede tener un hijo. Esta sola idea a los judíos de entonces y de ahora, les parece absolutamente inaceptable.

Jesús como hijo de Dios fue el concepto que provoco grandes y graves conflictos entre los judeocristianos en Jerusalén con Pablo. No podemos olvidar que en Jerusalén eran judíos obedientes y Pablo era el que tenía que lidiar con los gentiles para convertirlos, primero en judíos cristianos y con el tiempo en Cristianos.

La conversión de mujeres era la tarea fácil, lo difícil eran los hombres, después de todo, convencer a un gentil a someterse a la circuncisión no debió ser sencillo, se realizaba con un cuchillo de sílex, con mínimas condiciones de higiene y era muy doloroso.

Es justo por el tema de la circuncisión que Pablo crea la idea de la circuncisión espiritual, es decir, creer en el hijo de Dios como salvador de la humanidad era suficiente para convertirse. No era necesario cumplir con los preceptos judíos ni observar sus prohibiciones alimenticias y por supuesto, no tenían que circundarse.

Para los gentiles era una oferta irresistible, convertirse y creer en el Hijo de Dios sin tener que ser judío. Obtener como recompensa la vida eterna y sobre todo, el primer sistema de asistencia social de la historia de la humanidad. No debemos pasar

por alto que, los primeros cristianos eran un movimiento con un formidable sentido de caridad y compasión, veían en comunidad por las viudas y los huérfanos, y eso en el siglo primero y segundo, con una esperanza de vida de apenas unos 30 años y donde los huérfanos muchas veces tenían que ser vendidos como esclavos, era una propuesta para considerar.

Esto no era aceptable para los judeocristianos en Jerusalén, es probable que solo Pedro Simón entendiera que lo que planteaba Pablo era el camino para la conversión de los gentiles. No hay que olvidar que, en un principio se trataba de un movimiento apocalíptico y el tiempo era muy escaso para ellos.

Mientras tanto, aun no está claro quienes fueron, pero se empieza a desarrollar en Jerusalén otra vertiente del cristianismo, la que se conoce como gnosticismo. Ellos se tenían como poseedores de un conocimiento místico no revelado mas que a unos cuantos elegidos.

Es así que, en el siglo primero, tenemos tres vertientes del cristianismo: los cristianos paulistas, misioneros en el mundo y convirtiendo a gentiles; los judeocristianos, encabezados por Santiago, que se mantienen como judíos con sus preceptos y prohibiciones; y los gnósticos, herederos de la tradición zelota. Por cierto, uno de los discípulos de Jesús se le conoce como Juan Simón el Zelote.

Hay algunos que sostienen que Jesús era un Zelote, en realidad es poco probable, más bien, es posible que se tratara de un Fariseo, que hoy en día podríamos definir como progresista. Hacía cosas que un Zelote simplemente no podía permitirse, por ejemplo, convivir con leprosos.

En el año 70 es que la historia se define. Los romanos hartos de las revueltas judías, deciden terminar de una vez por todas con los desmanes en su provincia de frontera y toda Judea se convierte en ruinas, con una Jerusalén reducida a escombros y el templo destruido. Según Flavio Josefo, aproximadamente 1 millón de judíos murieron y 90 mil fueron capturados y esclavizados.

Seguramente entre las victimas de los romanos se encontraban los judeocristianos de Jerusalén y los gnósticos, ya que después del año 70 no hay evidencia o testimonio claro de ellos.

Es así que el cristianismo de Pablo de Tarso es el único sobreviviente. Da inicio la recopilación de las epístolas y de los evangelios. No olvidemos que Marcos y Lucas eran discípulos de Pablo y que los evangelios de Mateo y Juan son ya las bases de una teología cristiana que se le puede definir como Paulista.

Después de esto el judaísmo es irreconciliable con el cristianismo. No pasemos por alto que, el judaísmo de hoy es heredero del movimiento fariseo del siglo primero, Pablo al mismo tiempo, antes de su conversión, era fariseo y Jesús, pese a los conflictos mencionados en los evangelios, era más cercano a los fariseos que a otras corrientes del judaísmo del siglo primero.

El cristianismo de Pablo fue el que prevaleció, su enorme éxito se debió a que es el heredero de la tradición judía y de una visión del mundo mucho más griega de lo que creemos. Somos hijos de Dios desde una visión judía y creemos en un hijo de Dios desde una perspectiva helénica.

Los judíos poco a poco fueron sacando a los judeocristianos, hasta tenerlos fuera y cerrar la puerta por diferencias filosóficas y teológicas irreconciliables.

Los cristianos, en respuesta, exculparon de la muerte de Jesús a los romanos cuando en Mateo 27:25, nos dice: “Pilatos tomó el agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: Soy inocente de la sangre de este justo; ¡allá vosotros! Y respondiendo todo el pueblo dijo: ¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!

No fue Pilatos el que se lavó las manos, fue todo el Imperio Romano el que fue exculpado de toda responsabilidad histórica de la muerte de Jesús, cayendo esta en el mismo pueblo judío, el mismo pueblo de Jesús.

Con el paso del tiempo, el cristianismo primero fue legalizado por el Imperio, poco después se convirtió en la religión oficial y única, para después ser el Cristianismo el heredero absoluto del imperio Romano.

En el siglo cuarto se estableció el canon, se determinaron los libros y se definió el Nuevo Testamento Cristiano. Ya se tenía todo, el Libro y la Teología. Pablo de Tarso se impuso, fue el que entendió que Jesús era demasiado importante para permanecer solo como judío, lo helenizó y conquistó el mundo.

Hoy occidente no se puede entender sin el Cristianismo. Somos herederos de lo mejor de la tradición judía, helénica y romana. No nos es ajena la ética y moral judía, comprendemos los conceptos de libertad de los griegos y nos gusta la ley y el orden de los romanos.

Pablo de Tarso es uno de los personajes más importantes de la humanidad, del Jesús predicador de Galilea y Judea, su teología configuró el Jesucristo de la Cristiandad. Fue el primero que tuvo claro que Dios no hace Teología, la teología hace a los dioses.

Pablo de Tarso tenía razón, Dios está demasiado ocupado para atendernos, mandó a su hijo a darnos la buena noticia de la vida eterna y nosotros decidimos matarlo.

Los judíos lo siguen esperando.

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