Ya basta de esta puerilcracia; Cuitláhuac García y su fanatismo visceral

Cuitláhuac
Cuitláhuac García Jiménez FOTO: WEB

Ya lo dice el filósofo José José: «Pobre tonto, ingenuo y charlatán, que fue paloma por querer ser gavilán». La displicencia del gobernador hacia otras instituciones, cualesquiera que estás sean, sólo es una pequeña muestra de su pequeñez. Lo hemos dicho y el mismo gobernador lo ha confirmado, su cerebro no conecta con el lenguaje, pero ahora vemos que tampoco con el sentido común. Ya lo señalaba Marguerite Yourcenar en esa gran obra que se ha convertido en poco tiempo en un clásico, Memorias de Adriano: «Olvidaba que en todo combate entre el fanatismo y el sentido común, pocas veces logra este último imponerse».

Cuando el gobernador de un estado sale con la excusa de que el fiscal de Veracruz pone en riesgo su estrategia de seguridad, está admitiendo que ya hay una estrategia de seguridad y el caso es que hasta el momento los veracruzanos no vemos eso. El fanatismo de Cuitláhuac García lo obliga a pensar con las vísceras, de la misma manera que su secretario de Gobierno, quien por cierto tiene bastantes vísceras para echar a volar su imaginación.

El gobernador piensa que todos creen sus absurdas explicaciones y que en realidad tiene una estrategia y que esta estrategia está en riesgo, pero el caso es que en esta puerilcracia veracruzana, las decisiones se toman a capricho. Ya basta de esta confrontación, ya basta de estos desplantes vesánicos que no llevan a nada; ya basta de un gobernador niño que ni sabe hablar ni sabe pensar ni sabe gobernar. ¡Ya basta!

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