Los señalamientos de “peligro”, “alerta” y “prohibido el paso” resultan insignificantes o sin importancia para muchas personas. Y es que pareciera que la gente aplica una lógica inversa: si le piden algo, hace totalmente lo contrario, pese a que, en ocasiones, pudiese estar en riesgo su vida. Así le ocurrió a un hombre de 55 años que visitó un complejo vacacional de Virginia (Estado Libre, Sudáfrica) y fue mordido en el antebrazo por una leona.
Aunque existen cercas, barreras y demás infraestructura para proteger, tanto a los animales como a los visitantes, Pieter Nortje desobedeció y se acercó a un área para interactuar con dos felinos que se encontraban al otro lado. Mientras tanto, su esposa observaba cómo él se hacía el valiente al tocar a los leones. Primero acarició la melena de un macho, después intentó hacer lo mismo con una joven hembra; sin embargo, la respuesta no fue la misma y ella mordió su antebrazo.
El hecho fue grabado por su esposa que gritaba desesperada. Y es que el incidente pudo hacerse evitado si el turista hubiera obedecido las señales de advertencia en el complejo vacacional. Por haberlas ignorado, sufrió lesiones graves, tuvo que ser trasladado de urgencia a un hospital y ahora se encuentra delicado, debido a un choque séptico, una infección generalizada que ocasiona insuficiencia orgánica y caída de la presión sanguínea a niveles peligrosos.
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