Edgar Landa Hernández* / Las noticias en los diversos medios informativos dan nota de lo que acontece a diario. Las “notas amarillistas” y “páginas rojas” son las más frecuentadas por los asiduos lectores que prefieren iniciar el día ya nerviosos y a la defensiva, La realidad los atrapa más allá de una situación en la que ellos mismos son capaces de revertir, pero la misma rutina les dice con un contundente “no” que todo lo que pasa es real, mas no sus sueños y anhelos. Todo se queda en incertidumbre.
Los planes se postergan y se continúa en un ir y venir sin aprovechar al máximo nuestro tiempo. El que algún día dejará de palpitar. Pero no nos damos cuenta, nos creemos seres absolutos y eternos. Estamos viviendo tiempos desesperados, o así nos lo hace ver el mundo.
Vivimos en una época en donde el egoísmo, la avaricia, el ego, la soberbia y demás lastres negativos están haciendo mella en nuestros corazones, a tal grado que nos hemos ¡olvidado de vivir! La mayoría de la gente decimos “es que no tengo tiempo”, el tiempo nos los damos nosotros mismos, únicamente es tener la fuerza de voluntad de hacerlo.
Pretextos hay muchos, fuerza de voluntad solo una, la tuya. Hoy actuamos por conveniencia, hemos dejado de compartir, vemos a los demás como seres inferiores, denigramos de tal forma que nos empecinamos a siempre tener la razón en todo olvidándonos del gran poder de la humildad y del amor al prójimo. Incluso el amor hacia nosotros mismos.
Hoy el amor solo se redacta, no se demuestra. Hemos dejado de construir plataformas en las cuales podamos elevar nuestra esencia espiritual para dar paso a muros y fronteras que lo único que han hecho es dividir a nuestras gentes. Ha sido a través de los pensamientos malignos que grandes personajes de la historia han cometido las más grandes atrocidades. Al igual que otras han canalizado sus mentes en pro de los demás dejando una huella perenne en los umbrales de la historia.
Hoy es tiempo de concientizarnos, de volver a nuestro estado natural que es ¡el amor!, empecemos por amarnos a nosotros mismos y a nuestros semejantes. Vivimos en una vorágine citadina que sobrevivimos al ritmo que los demás nos imponen. Es tiempo de volver a retomar nuestros sueños, de volver a creer en nosotros. Hoy es el presente en el que construyamos a través del viento de la esperanza y de nuestros anhelos, que nadie te quite ese derecho, es tuyo y debes de aprovecharlo.
Sé que, si se puede volver a vivir de diferente manera, solo debemos de armonizarnos con nuestro entorno, reconciliarnos con todas las cosas del cielo y de la tierra, con nuestras familias, nuestros amigos y empezaremos a generar el amor que tanto escasea. Hoy es el mayor regalo que se nos ha concedido, donde podemos ver que cada uno de nosotros tan solo somos diferentes, pero que venimos de un mismo lugar, no somos más ni menos. Hay que aceptarnos tal como somos, respetándose.
Hoy pon tu granito de arena para que poco a poco transformemos esta tierra en lo que tanto perseguimos, sin embargo, olvidamos que sigue aquí en esta bella tierra que tanto nos brinda. Nuestro paraíso terrenal.
Porque no sólo yo amo vivir, somos muchos y entre todos lo podemos lograr…
Y voy, de aquí para allá…
*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes A.C.