Y es que el oriundo de Río Blanco no tiene operadores políticos, no tiene asesores de primera desgraciadamente, sólo se rodeó de puros huelepedos. El día martes se vio la inexperiencia de su círculo cercano, el Jarocho, jefe de Delegaciones Regionales, el mismo que es acusado de nepotismo, sólo asomaba la panza y se veía nervioso y con las manos en las bolsas de su pantalón; de igual modo Moisés Pérez Domínguez, subsecretario de Desarrollo Educativo (por cierto, también acusado de nepotismo), sólo tragaba gordo, se le veía asustado y timorato.
La única que intentó dialogar fue la subsecretaria de Educación Básica, Maritza Ramírez Aguilar, también sin resultado alguno ya que los maestros solo querían que diera la cara el flamante secretario de Educación. Por cierto, a esta novel funcionaría, el encargado de política regional le tuvo que pedir que se pusiera de pie, ya que sólo se la pasaba mensajeando con su celular. Mal y de malas. La Secretaría de Educación fue ninguneada por los maestros disidentes. Y todo por sentirse intocables. ¡Pobrecitos!, la realidad los volvió a bajar de su pedestal.
