La guerra en el sur de Veracruz ya ha cobrado muchas vidas. Las personas que viven en la franja Tierra Blanca-La Tinaja-Córdoba están guardados en sus casas por los constantes bloqueos y balaceras. Los combates ya han cobrado varias vidas, tanto de miembros del crimen organizado como de la Fuerza Civil. El último reporte habla del ataque a una patrulla que llevaba heridos a un hospital de Córdoba.
Mientras tanto, en Cuitlalandia, siguiendo la costumbre de inauguraciones pedorras, el gobernador reinauguró la fuente de la glorieta de la avenida Xalapa y Ávila Camacho. ¿De quién fue la gran idea? «Vamos a limpiar el jardín, poner unos focos y abrir a la válvula de agua y ya tenemos una fuente nueva, aunque ya estuviera ahí desde hace más de 40 años; y vamos a invitar al gobernador, secretario de Gobierno, senador, alcalde y cualquier funcionario ‘huelepedos’ para engalanar la ceremonia».
En cualquier contexto la reinauguración es reprochable. No se puede creer que una obra de mantenimiento deba ser cacareada como si fueran las pirámides de Egipto, el Faro de Alejandría o los Jardines Colgantes de Babilonia. Pero hacerlo en este momento, cuando en el sur la sangre ya llegó al río, está completamente fuera de lugar.
Esta es la respuesta de un gobierno obtuso, que se queda paralizado por una guerra con la que no contaban. Ellos creyeron que iban a llegar, a recibir la pleitesía de los súbditos y a enriquecerse ostentosamente. ¡Bienvenidos a la realidad, estultos!
Podría alguién explicar (en estos días de verdaderas necesidades sociales; en estos momentos violentos y de injusticia en que vive el Estado de Veracruz), la relevancia de este acto?…