Cuitláhuac García, ya se dieron cuenta de sus debilidades, de su pusilanimidad y creen que pueden aprovecharse de ello

Cuitláhuac García Jiménez FOTO: WEB

Los que conocen a Cuitláhuac García de años atrás, pero de muchos años atrás, saben que era una persona honrada, con muchas ilusiones y ganas de trabajar. Le dicen Cuícaras porque ese era su correo electrónico al que se le mandaban los artículos que publicaba en un blog semejante al de Víctor Hernández, “El sendero del Peje”, pero en su versión veracruzana era “El sendero de Veracruz”. Entonces Cuitláhuac García sentía respeto por la inteligencia, porque celebraba cada artículo que se le entregaba, los pedía, los leía, hacía difusión de ellos.

Mientras Arturo Hérviz y Margarita Guillaumín controlaban el PRD en Veracruz, Cuitláhuac no tenía oportunidad de buscar algún puesto de elección popular; siempre fue relegado, pero eso no lo desanimaba para seguir mostrando su apoyo al proyecto de López Obrador. Cuenta el periodista Armando Ortiz que en algún momento quiso iniciar un proyecto de radio por internet, y para ello lo citó en la colonia Modelo, donde se habló de un proyecto que nunca se concretó. Pero Cuitláhuac nunca dejó de apoyar a AMLO, ese fue su gran mérito.

Por ello fue merecida la nominación como candidato a la diputación federal, por ello ganó la diputación federal, porque era honrado, honesto. Pero ya siendo diputado algo pasó. Todo le empezó a cambiar, desde sus declaraciones obtusas, «que Xalapa se rasque con sus propias uñas», hasta el desdén por la inteligencia. Se rodeó, o se dejó rodear de una “bola de pendejos” que sólo lo están empinando, que ya se dieron cuenta de sus debilidades, de su pusilanimidad y creen que pueden aprovecharse de ello.

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