Yalitza Aparicio ya es intocable en México, y no es precisamente que ella así lo quiera, sino que en el imaginario colectivo del mexicano ella representa el orgullo indígena que nadie debe tocar. No son pocos los que han padecido la embestida de las redes sociales por soltar alguna broma sobre su persona. Otros de alguna manera han padecido consecuencias más lamentables, como es el caso de Sergio Goyri, quien perdió contratos con la empresa Telemundo. Sólo que los comentarios de Goyri, además de racistas, fueron clasistas y llenos de una mala leche que sí merecía la sanción.
No tan graves son los comentarios de Manuel Huerta sobre Yalitza Aparicio, a quien estigmatizó como una cuidadora de bebés. Aquí lo que parece realmente grave es que se quiera justificar la decisión del presidente López Obrador, quien resta presupuesto a las estancias infantiles. Manuel Huerta dijo: «Acuérdense que puede ser una estancia o pueden optar por su familiar o una persona, así tipo Cuarón, que lo cuidó una muchacha, y miren, sacó hasta un premio Oscar, para que vean que sí funcionan las Yalitzas».
El superdelegado de Veracruz se quiso hacer el gracioso y terminó metiendo la pata. Ese es el problema de la clase política sometida a un líder tan fuerte como López Obrador, que a veces para justificar las decisiones de ese líder, los seguidores son los que se meten en problemas.
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