Cuitláhuac dice que hija de secretaria del Trabajó no laboró en esa dependencia; pero lo dicho por la madre lo hacen ver como un mentiroso

Cuitláhuac
Guadalupe Argüelles Lozano y Cuitláhuac García Jiménez FOTO: FACEBOOK
- en Carrusel, Opinión

Armando Ortiz / Cuitláhuac García cree que nos chupamos el dedo, cree el gobernador que nos puede ver la cara de tontos. Ahora sale a justificar a su secretaria del Trabajo, a decir que Quetzallli no laboró en la Secretaría del Trabajo, que la madre pretendía dar cargo a su hija, pero que ellos le hicieron la observación a tiempo. Afortunadamente el idioma español es muy claro, y son las mismas palabras de Guadalupe Argüelles las que echan de cabeza al gobernador, haciéndolo quedar otra vez como un mentiroso. En un audio que subiera Los Políticos se escucha: “Esta semana tomé la decisión de nombrar en el área amparos a la licenciada Quetzalli Cárdenas Argüelles. Quiero informar que ella es una mujer que también reúne los mismos requisitos de todos ustedes para obtener un empleo y pasó los tres filtros que nos pidió el gobernador, es honesta tiene el perfil y participó de manera destacada para que se diera el cambio en verdadero. Quiero informarles que ella es mi hija y que no por ser mi hija está ahí, sino porque es parte de esta transformación. Y por ese motivo yo les pido a todos ustedes, para que no se haga chisme, para que no se diga ‘es que hay nepotismo’, ella es una empleada más, como todos ustedes”. Guadalupe Argüelles dice claramente “tomé la decisión”, no dice “pretendo tomar la decisión”; Guadalupe Argüelles dice que su hija pasó los tres filtros que le pidió el gobernador; Guadalupe Argüelles dice en presente que su hija “es una empleada más”. Ante semejante evidencia, lo mejor que puede hacer Cuitláhuac es quedarse callado.

Tsunami de nepotismo, el sello de casa en el gobierno de Cuitláhuac García; Ramos Alor tiene a su pareja para que le sirva el café en la oficina

¿De qué más nos iremos a enterar? Lo del primo incómodo era sólo un ave y muchos pensaron que eso no hacía verano. Pero al parecer, en el gobierno de Cuitláhuac García, hay muchas aves, tordos, buitres del nepotismo y esto ya pasó de ser un simple verano. El diputado Pozos colocando al hijo en Finanzas, la secretaría del Trabajo colocando a la hija y demás parentela, y ahora nos enteramos, por medio del portal Plumas Libres, que el secretario de Salud, Roberto Ramos Alor colocó a infinidad de sobrinos y sobrinas en puestos de relevancia y de riesgo en SSA. Pero eso no es todo, de acuerdo con información de este medio de comunicación, Ramos Alor tiene a su pareja como asistente personal. ¿Dónde está la honestidad de esta Cuarta Transformación? ¿Con qué va a salir ahora el gobernador Cuitláhuac García? ¿Qué le da valor a estos funcionarios para “a lo cara de perro” imponer a sus parientes cercanos en puestos de autoridad? ¿Acaso piensan que como el gobernador puso a su primo en Finanzas y a su “amigo” en la SEV, ya por eso ellos tienen derecho a hacer lo mismo? Ante este tsunami de nepotismo, los veracruzanos esperamos que los diputados federales y los senadores de la República hagan pública esta ola de inmoralidad en las dos cámaras. Porque lo inmoral no es tener pareja o no, lo inmoral es poner a la pareja en un puesto de responsabilidad en la dependencia de la que se es titular. Andrés Manuel, ¿no que no iba a haber nepotismo en tu gobierno? ¿Cuándo le vas a echar una mirada a Veracruz?

Morena dice que no dictó manual para abucheos; el caso es que los pejezombies lo siguen haciendo, como si fuera un protocolo

Dicen los de Morena que ellos no han dictado ningún manual para los eventos de López Obrador en donde se incluye un punto para abuchear y lanzar rechiflas a los gobernadores que no son de su partido. “Dirá el sereno”, como dice el pueblo, pero el caso es que en cada entidad en donde Andrés Manuel López Obrador se presenta y coincide con un gobernador de oposición, siguiendo el protocolo, los abucheos y las rechiflas se siguen dando. El último en padecer esas rechiflas fue el gobernador de Colima, Ignacio Peralta, quien de plano dejó que las rechiflas siguieran, miró su reloj y declaró que al parecer esa rechiflas y abucheos ya son parte del protocolo. Al parecer los dirigentes de Morena podrán decir que ellos no dictaron nada, pero se les ve muy contentos mirando como sus partidarios se comportan como verdaderos fanáticos. Si en realidad fueran decentes, como pregonan ser, los dirigentes de Morena exhortarían a sus partidarios que brinden respeto, sin limitar por supuesto sus expresiones legítimas. Y es que los ciudadanos tienen derecho a reclamar a los gobernantes por su actuar, por sus decisiones equivocadas. Pero no se debe crear un manual para que los pejezombies se despierten y lancen aullidos sólo porque su dirigencia se los ordena.

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