Que el gobernador no haya asistido de cuerpo presente a las reuniones de seguridad a las que convoca Manuel Huerta, nos habla de un funcionario omiso que no está tomando en serio el problema de la inseguridad en Veracruz. No importa que el súper delegado lo excuse diciendo que «está en espíritu», la realidad es que Cuitláhuac inicia los lunes trabajando, pero pensando en su “sabadaba”. Esta semana que pasó seguramente ha sido una de las más violentas que se han vivido en Xalapa.
Asesinatos de taxistas, secuestros de personas, mujeres maniatadas arrojadas en las cunetas, decapitados encontrados en la carretera Xalapa-Coatepec, intentos de asalto donde la víctima se salva porque tomó la decisión de embestir a los asaltantes. Y esto sólo en la capital del estado. Habría que sumar los hechos delictivos de la zona sur del estado, la zona centro y el norte de Veracruz donde el crimen sigue sin dar tregua.
De nada ha servido el carnaval de carros alegóricos de las corporaciones de Seguridad, los delincuentes no salieron corriendo del estado como se esperaba. De nada ha servido la estrategia del secretario de Seguridad, el empistolado Hugo Gutiérrez Maldonado, quien por cierto no tiene plan “B”. Este gobierno no entiende la realidad que vivimos día a día los veracruzanos; de eso ya se dio cuenta el crimen organizado, y por ello la embestida.
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