Era genial Roberto Gómez Bolaños interpretando al Chapulín Colorado, el superhéroe mexicano que tropezaba cada que entraba en acción; ya metía el pie en una cubeta de agua, ya tropezaba contra las paredes, ya se caía por las ventanas, ya se apoyaba en una mesa y resbalaba y para todo ello siempre tenía la misma frase: «Que no panda el cúnico, todos mis movimientos están fríamente calculados».
Así el gobernador de Veracruz, anda de tropiezo en tropiezo y todavía tiene la candidez de decirle a la iglesia: «Yo nunca he improvisado», lo que en idioma chapulinesco significa: «Todos mis movimientos están fríamente calculados». Tarde contestó el gobernador a la Arquidiócesis de Xalapa, quien el fin de semana emitiera un comunicado donde habló de las torpezas, fracasos, desánimo y desencanto que han provocado los primeros 74 días del gobierno de Cuitláhuac García.
El gobernador le dice a la iglesia: «Que chequen los números, compárenlos; bajamos en 37 por ciento en el delito de más alto impacto que es el delito doloso, y en enero bajamos el 10 por ciento». La Arquidiócesis le debería contestar: «Cheque usted la realidad, ahí están los hechos». Y es que ya lo hemos dicho, el gobernador está alejado de la realidad, él vive en su Transformación de Cuarta.
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