El problema que tiene el gobierno con las estancias infantiles requiere de una solución adecuada. Si bien es cierto que las estancias infantiles tenían intermediarios con el gobierno (partidos políticos, grupos sociales, asociaciones civiles), intermediarios que lucraban con los recursos que desde Sedesol obtenían, se debe reconocer que para muchas madres y padres de familia el servicio que estas guarderías brindan es esencial. Muchos padres no podrían ir a trabajar por tener que cuidar a sus hijos; los hijos correrían un riesgo tremendo si no quedan al cuidado de las personas adecuadas.
El asunto no está para ocurrencias como la del secretario de Hacienda, quien dijo que como se redujo el presupuesto para las estancias infantiles, pues los padres deberían ver la posibilidad de dejar sus hijos al cuidado de los abuelos. Habría que decirle al señor Urzúa que los abuelos no están obligados a cuidar a sus nietos. Si algún abuelo de manera voluntaria quiere y disfruta de cuidar a sus nietos uno o dos días, eso está muy bien. Pero que los hijos piensen que el abuelo debe cuidar a los nietos toda la semana porque es su obligación, eso está mal.
Muchos adultos mayores todavía tienen energía para seguir viviendo, para desarrollarse como personas activas, energía para muchas actividades y cuidar toda la semana a los nietos los limitaría; se perderían de muchas experiencias que les quedan por vivir.
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