En el 2005, Vicente Fox, asesorado y azuzado por los barones del dinero, intentó desaforar al que hoy es el actual presidente de la República. Un año después, en el 2006, le arrebataron la presidencia. Además, seis años después, se enfrentó a lo más siniestro de la vida pública y vergonzosamente encumbraron a un presidente de papel, como lo fue Enrique Peña Nieto. Estas situaciones, que a cualquier otro político lo hubiera desanimado y derrumbado, se convirtieron en una resiliencia que, finalmente, lo encumbró a su sueño más anhelado: ser el presidente constitucional de México.
Por eso, muchos se preguntan, ¿de qué tamaño es Andrés Manuel López Obrador? Lo cierto, es que hasta el momento, el Ejecutivo federal ha emprendido una guerra contra los ladrones de cuello blanco que se encontraban incrustados en Pemex, con la intención de administrar el descarado robo de combustible. Además, las acciones de bajar los sueldos de las vacas sagradas del poder Judicial, ha causado resquemor entre algunos de ellos.
También ha llamado la atención las acciones pendientes contra los cárteles de las drogas, éstas, según palabras del propio presidente, serán combatidas por la Guardia Nacional. De manera que los mexicanos estamos ante un presidente que no le tiembla la mano para quitar los obstáculos que estorban el desarrollo del país. No por algo, en su discurso que dio cuando lo pretendían desaforar, dijo: «¡Viva la dignidad, viva la democracia!»
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