López Obrador les quita el epíteto “mezquinos”, que es más suave y cree que les hace un favor calificándolos de canallas. Y no que no tenga razón el presidente de México. No sólo no hay elementos que lo señalen como autor intelectual, sino que además estamos hablando de un político que ha mostrado, a pesar de sus equivocaciones, que tiene muy presente la honestidad en su manera de conducirse.
Nada le encontraron a López Obrador en la guerra sucia que implementaron en su contra los canallas, nada le encontrarán en esta ocasión tampoco. El problema de esta embestida en contra de AMLO es que despiertan a la otra canalla (jauría de perros), la que dice estar apoyándolo.