AMLO, ni deferencias ni diferencias; la gente ya se lo malinterpreta

AMLO, ni deferencias ni diferencias; la gente ya se lo malinterpreta FOTO: WEB
- en Avenida Principal, Carrusel

Solito Andrés Manuel López Obrador cayó en su propia trampa.Al hacer la diferencia con la gobernadora de Puebla, también lo hacía con los poblanos. Anunciar que no visitaría Puebla por no estar de acuerdo con el fallo del Tribunal Electoral de la Federación, que le diera el triunfo a Martha Érika Alonso, fue un error que hoy ya tiene consecuencias. Por supuesto la chairada todo le perdona, porque lo consideran infalible, intocable. Sólo que Andrés Manuel López Obrador no sólo es gobernador de los chairos, sino de todos los mexicanos, de todos los pobladores de cada estado, ya sea que su gobernador provenga del PRI, PAN, PRD, Movimiento Ciudadano o de Morena.

Si a todo estos sumamos las deferencias que tiene con los gobernadores de Morena, pues los que no eligieron gobierno de su partido se sienten desplazados, olvidados y a ratos apestados. Pero la tragedia ha demostrado el error cometido por AMLO. Un presidente de la República no debe tener deferencias ni diferencias con sus gobernadores.

Sabía López Obrador que no sería bienvenido en los funerales de Martha Érika Alonso y de Rafael Moreno Valle, por lo que mandó a la secretaria de Gobernación, quien tuvo que tragarse los abucheos y los gritos de “asesina”. Sólo los muy descabellados podrían pensar que López Obrador tuvo algo que ver en esa tragedia; no hay elementos para emitir ese juicio, además de que López Obrador ha demostrado en su trayectoria política que su estilo se rige por principios y valores, no por venganzas. Pero, como diría el filósofo Juan Gabriel, “qué necesidad

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