¿Se acuerda que en algún momento la imagen del expresidente Peña Nieto estaba por todos lados? Y cuando decimos todos, nos referimos a todos. Libretas, termos, diversos utilitarios y hasta muñecos con copete y toda la cosa, era casi casi como un culto a la imagen del presidente. Pues algo parecido está sucediendo con López Obrador; sus frases las podemos ver en protectores para celulares y playeras, su imagen la encontramos en gorras, tazas y hasta peluches. Sin embargo, el extremo se ha alcanzado y es que, en una obra de teatro que recreaba una pastorela, el Niño Dios estaba hecho a imagen y semejanza del actual mandatario.
Suena ridículo, pero sucedió. A presenciar este montaje escénico fueron invitados el senador Martí Batres y el padre Solalinde, y al parecer les hizo mucha gracia pues no dejaron pasar la oportunidad para cargarlo y fotografiarse con el muñeco que simulaba ser el hijo de Dios. Este hecho ha dividido a la sociedad y a las redes sociales; para algunas personas este hecho se trató de un mero montaje cuyo objetivo era hacer reír al público, pero otros, han tomado esta acción como una ofensa a las creencias religiosas.
Ahí están las imágenes, júzguelas usted mismo. ¿Se imagina qué hubiera pasado si en lugar de la cara de AMLO, el Niño Dios hubiera estado inspirado en EPN? Seguro que el público se levanta y se sale de la sala del teatro. Esperemos que esta situación de querer meter a López Obrador hasta en el nacimiento del Niño Jesús, no pase a otros ámbitos, de lo contrario, se seguirá abonando al culto a la personalidad del mandatario, y eso solamente va a abonar al crecimiento de la crispación social, pues habrá algunos que se opongan, y otros, los Amlovers, que estarán más que felices de ver al presidente hasta en la sopa.
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