El día llegó y la respuesta del público no se hizo esperar y la proyección de Roma superó por mucho la expectativa que se tenía prevista. Los más abusados llegaron desde temprano para formarse y ser los primeros en ingresar y tener los mejores lugares. Tal como se les pidió, los asistentes llegaron con recipientes para las palomitas y el ponche que se dio de manera gratuita, y luego de más de una hora de retraso inició la proyección de la cinta que está conquistando el mundo. Lo mejor de la noche, sin ninguna duda, fue la presencia de Yalitza Aparicio, Mariana de Tavira y el mensaje en video de Alfonso Cuarón.
Fue así como la antigua casa de los expresidentes, el lugar en dónde se tomaron muchas de las decisiones más importantes en la historia del México moderno, se convirtió en una sala de cine para más de tres mil 500 personas que, sin importar el frio o la incomodidad del suelo, llegaron con toda la actitud para ser parte de la primera proyección de cine en este nuevo centro cultural. Por supuesto que las palomitas y la bebida caliente no alcanzaron para todos, pero ese no fue problema; para brindar un poco más de comodidad, sobre el piso fueron colocados varias decenas de petates, pero también fueron insuficientes.
La imagen que se vio el día de ayer en Los Pinos es la imagen de la cuarta transformación, esa que busca acabar con los privilegios de la clase política mexicana para que los ciudadanos de a pie puedan gozar de los espacios que les pertenecen a todas y todos. De esta manera es como está empezando el sexenio y la población lo está tomando de muy buena manera. Más allá de las lecturas políticas que se le pueda dar a este acontecimiento, deseamos que este sea un indicio de que, para el nuevo gobierno, el fortalecimiento de las artes y los espacios culturales serán una prioridad.
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