No se trata de ponerse del lado de nadie. Ni del fiscal Jorge Winckler ni del lado del gobernador Cuitláhuac García y mucho menos del porro Éric Patrocinio Cisneros. De hecho, las leyes no deberían de estar más que del lado de la justicia, y la justicia se establece a partir del sentido común. Siguiendo las reglas del sentido común, ¿no cabe la cordura en aquellos que celebran la ley AntiWinckler, que el día de mañana una mayoría aleccionada puede crear también una Ley AntiFulano, Ley AntiMengano, Ley AntiCualquierCosa?
Permitir esos excesos en una Legislatura es como darle un arma a un primate; una vez que sepa accionarla el primate va a disparar a diestra y siniestra sin importarle que la bala le dé a quien sea. Ya lo señalamos, si tienen evidencias, pruebas en contra del fiscal Jorge Winckler que las presenten. Es de cobardes tirar de piedras y salir corriendo. ¿Acaso no fue eso lo que hizo el gobernador Cuitláhuac García? Tiro de pedradas a los cristales de Yunes Linares, a los cristales de Jorge Winckler y salió huyendo sin responder por esas pedradas.
Hay que tener los pantalones suficientes para responder a las acusaciones que se hacen; hay que tener la suficiente entereza para encarar a los que se acusa. Pero ante esa falta de entereza, el gobernador le da un rifle a un grupo de primates, para que cuando se les dé la gana disparen a mansalva.
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