. También aseguró que su captura estaba siendo utilizada con fines propagandísticos por el gobierno de Felipe Calderón y, que estaba segura que tarde o temprano saldría libre pues no era una delincuente. Recordará que cuando fue detenida, declaró que se dedicaba al hogar y al comercio; “vendo ropa y rento casas”, dijo.
Sandra Ávila recordó que la mañana del 28 de septiembre, cuando fue detenida en un Vips de la Ciudad de México, vestía un abrigo de mink pues hacía mucho frio, pero que se lo quitaron cuando la trasladaron al penal. Ya en Santa Martha Acatitla “La Reina del Sur” pidió que se lo devolvieran, pues cuando la pasaron a la celda no le dieron ni una cobija para que se tapara, pero no lo hicieron. “No me lo devolvieron, son unos rateros. Pase toda la noche tiritando, agachada, metiendo mi cabeza entre las piernas para calentarme un poquito. Me echaban las luces y me gritaban: duérmete”, le dijo al periodista.
“Mi imagen pública se irá gastando hasta agotarse. El gobierno no podrá probar que soy delincuente porque no lo soy; entonces enfrentará su propia disyuntiva: la cárcel, la infamia que no podrá ocultar o mi libertad”, fueron las palabras de Ávila Beltrán para el periodista quien, por cierto, quedó sorprendido por la elocuencia y facilidad de palabra de la que se dice fue la mujer más poderosa en el mundo del narcotráfico allá por la década de los 80. Al final así fue. Luego de casi ocho años de permanecer en prisión, y luego de haber sido juzgada en los Estados Unidos, “La Reina del Pacífico” fue liberada en 2015. Recuperó su libertad, no así su abrigo de mink.