El fin justifica los medios, decía Maquiavelo en El Príncipe, y en política se vale de todo para llegar al poder. Es necesario hacer alianzas y compromisos que no comulgan con la ideología ni mucho menos con la opinión de las bases. Y es que al menos el militante y el ciudadano común y corriente no se explica cómo un gobernante como Cuitláhuac García acepta y premia con un cargo público a personas que, hasta hace unos meses, hablaban pestes y despotricaban del máximo líder de Morena.
El ejemplo más palpable lo vemos con Ana Miriam Ferráez, que después de decir en los medios que AMLO le daba «asquito», esta imberbe fémina fue premiada con una diputación en la bancada de Morena. Y qué decir de Sergio Rodríguez, aquel sujeto que apareció en varias fotografías, en paños menores con fajos de billetes y en tremenda francachela, vociferando; «¡Tres exgobernadores están en mis manos! ¡Soy un verdadero cabrón!». Pues resulta que el buen Cuitláhuac lo manda como procurador del Medio Ambiente, a pesar de que hasta hace poco anduvo diciendo que AMLO recibía dinero del gobierno de Veracruz.
Y en la SEV hay tela de dónde cortar, resulta que el flamante y veloz secretario comunicólogo del Sotavento, Zenyazen Escobar García, aquel que al escuchar a Óscar Lobo con su Mesa que más aplauda comienza inconscientemente a mover las caderas, puso como jefa de trámites en Telesecundarias, a Maar Barrios, una perredista empedernida que operó en contra de Morena. Y eso sólo es una pequeña muestra. Si eso no es traición a las bases, entonces qué cosa es. Estamos seguros que poco a poco se sabrá de la traición de Cuitláhuac García a las bases fundadoras de Morena. ¡Dijeran en el rancho, «no pues eso sí calienta»!
se esta viviendo en casi todo veracruz los recomendados y los dedasos ala orden del dia