En 2013, luego de haber sido elegido como el sucesor de Juan Pablo II, el Papa Francisco dijo “si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?” Tras estas declaraciones, el máximo líder de la iglesia católica fue considerado como un hombre de pensamiento libre y apegado a los nuevos tiempos que vive la sociedad. Sin embargo, cinco años después el Papa vuelve a pronunciarse en este sentido, pero esta vez de forma más conservadora al decir que “en nuestras sociedades parece incluso que la homosexualidad está de moda”, y que no se debe permitir la entrada de las personas gays a los seminarios.
“Cuando hay candidatos con neurosis y desequilibrios fuertes, difíciles de poder encauzar con ayuda terapéutica, no hay que aceptarlos, ni al sacerdocio ni a la vida consagrada”. Lo anterior es parte de lo que expresó durante una entrevista que concedió a Fernando Prado Ayuso, de la cual surgió el libro “Papa Francisco. La fuerza de la vocación. La vida consagrada hoy”, que será publicado este mes. Y en este sentido continua con su postura de no admitirlos dentro de la iglesia: “Hay que ayudarlos a que se encaminen por otro lugar. No hay que abandonarlos. Hay que orientarlos, pero no los debemos admitir”.
También, el Papa pide a los responsables de los seminarios a mantener los ojos bien abiertos, para no aceptar a personas con tendencias homosexuales. Respecto a quienes ya se ordenaron y sirven a la iglesia y a Dios, les pide conducirse con responsabilidad y no escandalizar a la sociedad. Sin duda estas declaraciones dejan ver la verdadera postura de él y de la iglesia católica, y deja claro que el camino hacia la inclusión social en la vida religiosa es todavía muy largo.
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