A los veracruzanos sólo nos queda concederle el beneficio de la duda a Cuitláhuac García

Cuitláhuac
Cuitláhuac García Jiménez FOTO: WEB
- en Opinión

Luis Ortiz Ramírez / Uno de los errores más comunes que cometen los seres humanos, es confiar ciegamente en otros congéneres, piensan que sus supuestos amigos, en verdad son cabales y leales. Se vuelven crédulos y creen que van a ser tomados en cuenta, cuando este se encuentre en una posición privilegiada. Hoy con cierta resignación, alcanzo a ver a muchos militantes de Morena que fueron desplazados, por priistas y panistas, que fueron colocados, en lugares estratégicos del gobierno de Cuitláhuac García.

Muchos morenistas de cepa, se quedaron con la moruna en la funda,  aunque ya estaba afilada para trabajar. Caminaron, convenciendo a la gente de que el candidato de Morena era una persona humana que sabía cumplir sus compromisos, me consta que muchos descuidaron a sus propias familias por impulsar la campaña del morenista.

Ahora, comprenden lo equivocados que estaban. En este gobierno, como en la gran mayoría, se privilegian los amarres y compromisos, el romanticismo de las promesas de campaña, y los ideales se quedan guardados para próximas elecciones. Por esa razón, considero que es mejor invertir en uno mismo, en nuestras capacidades, en nuestro trabajo, y dejar de andar  sembrando en terreno ajeno, esos esfuerzos y ese tiempo que muchas veces se le roba a la familia.

Es común que lleguen advenedizos, que no caminaron ni sudaron la gota gorda, y que por un coto de poder, sacrifican su dignidad y están dispuestos a convertirse en zalameros profesionales, personajes que demuestran cariño de una forma exagerada y a veces empalagosa, generalmente para conseguir algo. En este caso, estar cerca del que manda. Afortunadamente, mi tiempo y pretensiones las invierto en mi propio trabajo, lo siento por aquellos que se dejaron llevar por el engañoso canto de las sirenas.

Hace algunas décadas atrás; Henry Kissinger, Doctor en ciencias políticas y profesor sobre gobierno, dijo que; “Toda civilización que ha existido, al fin se ha desplomado. La historia es una narración de esfuerzos que fracasaron, o aspiraciones que no se realizaron. […] Por eso, como historiador, uno tiene que vivir con un sentido de lo inevitable de la tragedia”.

Deseo de todo corazón que le vaya bien a Cuitláhuac García, creo y  me parece una premisa lógica, que si le va bien a él, también le ira bien a los veracruzanos. Sin embargo, la historia ya ha sido escrita, y en el pasado, todo aquel gobernante que se rodea de oportunistas y de aquellos que sacrifican su dignidad por un plato de lentejas, tarde o temprano, andarán en el camino de la traición.

Ahí está el caso de Madero, el error de este demócrata, fue rodearse de algunos “científicos”, gente que había sido leal a Porfirio Díaz, políticos que se habían enriquecido en sus puestos públicos, y que  querían seguir medrando las arcas públicas, a pesar de no compartir sus ideas. Por eso cuando hubo la primera oportunidad, filtraron la información para acabar con su vida del de Parras de la Fuente, Coahuila.  Ya se verá en unos cuantos meses, como gobierna  el gabinete  de Cuitláhuac García, ahí está como ejemplo el inoperante gobierno municipal de la capital del estado. A los veracruzanos solo nos queda concederles el beneficio de la duda. No hay de otra.

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