La comparación de los seres humanos con los animales es el principio de la fábula y la fábula parece ser el principio del cuento. Los relatos más remotos los encontramos en el Calila e Dimna, relatos escritos en la India entre el 500 y 100 antes de Cristo. Quienes relatan las fábulas son dos chacales, Calila y Dimna. En estos relatos los humanos tienen características animales y los animales, características de humanos. Desde esos ayeres parte la intención de la diputada Ana Miriam Ferráez por llamar “perros” a sus críticos.
La diputada de Morena cree que la única motivación para criticarla es el ataque de sus “acérrimos” enemigos; su “descarada ignorancia” no es motivo de crítica. Ana Miriam, en su desaforada animalidad, cree que ella es objeto de ataques porque con esos ataques se lastima a la figura de Andrés Manuel López Obrador; su “descarada ignorancia” no es motivo de crítica. En su delirio de persecución se siente importante y cree que, al detenerla a ella, se detendría todo el proyecto lopezobradorista; su “descarada ignorancia” no es motivo de crítica.
En su sublime arrogancia Ana Miriam Ferráez se cree el Talón de Aquiles de López Obrador, todo por ser mujer, todo por ser legisladora de Morena; su “descarada ignorancia” no es motivo de crítica. Por ello lanza un grito de batalla: “Que los emisarios de un pasado retrógrado, soberbio y agresivo, amarren a sus perros. Ya perdieron. Ganó Veracruz”. Señores de Morena, si van a dejar que siga hablando, esperamos atentos su respuesta.
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