Antes, un señor diputado sólo tenía dos funciones básicas en el Congreso, ya sea local o federal; este ente legislativo, salido de las diferentes tribus políticas, pero especialmente los salidos del PRI, primero tenían que estar prestos a poner sus asentaderas en su curul y en segundo lugar estar atentos a levantar el dedo cuando les daba línea su coordinador de bancada.
Hoy, las cosas son muy distintas, un diputado debe conocer muy bien la orden del día y estar familiarizado con el protocolo, si es que forma parte de una comisión, sobre todo si es el que la preside. Desde luego que debe conocer de leyes para poder crear, reformar o derogar, de acuerdo a la petición popular y a las circunstancias y necesidades.
El caso de la doctora Andrea Yunes es patético. Creyó que presidir una comisión era como recetar paracetamol y flanax para el dolor y la inflamación. En la sesión del día de ayer jueves del presente mes, se pudo observar el desconocimiento del protocolo y del reglamento para conducir una sesión por parte de la hija de Héctor Yunes.
Llegó al grado de exasperarse con las observaciones que le hizo la diputada Maryjosé Gamboa. La doctora se enfrascó en un reproche pueril contra la panista. Ni hablar, ya tendrá que aprender la doctorcita.
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