Se acuerda usted de Sergio Ramos, mejor conocido como El Comanche, aquel personaje de los años ochenta, vestido como patrullero de tránsito que decía la frase «es que yo soy muy celoso de mi deber». Pues esa frase les encaja perfectamente a varios maestros que fueron notificados para ser evaluados en el cuarto grupo. Algunos docentes, a pesar de que el presidente electo ya dijo que no pasa nada si no se evalúan y que esa evaluación desaparecerá pronto, celosos de su deber, siguen subiendo sus proyectos y evidencias.
Al menos en Veracruz el gobernador electo, Cuitláhuac García, ha dicho que no pasa nada si los maestros no se evalúan. Sin embargo, existe un grupo de maestros que, ya se por miedo o incertidumbre o por si las moscas, mejor están cumpliendo con su notificación.
Otros de plano, no piensan presentarse al examen de evaluación, ya que consideran que no tiene caso hacerle el caldo gordo al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, un organismo que también tiene los días contados. Así que mientras son peras o son manzanas, algunos docentes, muy celosos de su deber, estarán presentándose en sus sedes de evaluación en unos cuantos días. Allá ellos.
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