Descalificar y querer acallar a los medios de comunicación cuando estos no son afines al gobierno porque critican y cuestionan su actuar, son claras violaciones a la libertad de expresión. Uno de los ejemplos más recientes que podemos encontrar es el del presidente de los Estados Unidos a quien no le gusta que pongan en tela de juicio su forma de gobernar pues recientemente aseguró que los medios son el enemigo del pueblo. No es la primera vez que el mandatario estadounidense se enfrenta a la prensa pues ya en ocasiones anteriores la ha acusado de difundir noticias falsas, concepto que utiliza cuando no está de acuerdo con la información que se presenta en los medios.
Durante su última conferencia un reportero de la cadena CNN le cuestionó sobre el tema migratorio lo que desató la molestia de Trump, además de no recibir respuesta a su pregunta, el equipo del presidente intentó arrebatarle el micrófono al miembro de la prensa sin lograrlo.
No olvidemos que la presencia de medios de comunicación libres es fundamental para el fortalecimiento de las democracias. No caigamos en el error de señalar y denostar el trabajo que la prensa realiza, ni caigamos en el error de decir que son el enemigo del pueblo solo porque no se está de acuerdo con la información que presentan.
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