Andrés Manuel debió cancelar el proyecto de Texcoco como prometió en campaña, debió explicarnos las razones, muchos habríamos entendido esas razones y hasta habríamos aplaudido su decisión. Por supuesto que el nuevo aeropuerto en Texcoco era oneroso, por supuesto que dañaba el presupuesto en el país, por supuesto que beneficiaba a unos cuantos que ya eran ricos y que buscan ser más ricos.
Tenemos nuestras dudas sobre el proyecto de Santa Lucía y la rehabilitación de los aeropuertos de Toluca y CDMX. Pero ese tipo de decisiones son para los expertos, para los gobernantes. Ya votamos por López Obrador y pusimos nuestra confianza en él. ¿Para qué regresarnos la bolita? Y lo que más preocupa es su tozudez, su testarudez, esa soberbia que otra vez va a terminar por derrotarlo.