Una verdadera lucha de poderes se está dando en la cúpula por la Evaluación Docente que se tiene programada para el mes de noviembre. Por un lado, el gobierno de Enrique Peña Nieto adopta una postura de respeto a la Ley constitucional y tanto el secretario de educación, Otto Granados Roldán, y el INEE se han pasado por el arco del triunfo los exhortos legislativos que les han mandado desde las dos cámaras del Congreso para suspender la evaluación docente, he insisten en aplicarlo.
En ese contexto, varios gobernadores de corriente morenista han animado a los maestros a que no se presenten al examen, mientras los líderes sindicales, especialmente los del SNTE, simulan preocupación por la situación y les piden a los maestros que les manden copia del oficio de su negativa a presentar el examen programado.
Lo cierto es que aún hay incertidumbre en el magisterio, algunos maestros de plano no se van a presentar al examen y otros, aun con dudas, se presentarán para la fecha programada. Lo que sí es un hecho es que, después del primero de diciembre, los maestros despertarán de la pesadilla llamada Reforma Educativa.
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