El terreno político en México es como una selva donde sobrevive el más fuerte. Quien entra a la política vía la administración pública debe entender que en el camino se van a encontrar a muchos tigres que van a estar dispuestos a devorarlos apenas se descuide. Es por ello que un político no puede pasarse la vida echándole la culpa a los demás cuando toma malas decisiones. Incluso, si los demás le ponen tropiezos, trampas o si alguien de plano lo reta de manera frontal, el político debe saber responder, debe saber solucionar, enfrentar.
La respuesta del gobernador electo de echar la culpa a Yunes Linares por el problema de la basura muestra la actitud de un político que no asume sus responsabilidades ni reconoce sus limitaciones. Supongamos que Yunes Linares maquinó todo el problema de la basura, acaso los funcionarios del ayuntamiento no son lo suficientemente listos, diestros y previsores como para nulificar los ataques del depredador.
Si Yunes Linares fue quien maquinó todo, los funcionarios morenistas, incluido el alcalde y el gobernador electo, son conejos rabones que cayeron en la trampa del cazador. «El león siempre se alimenta de los corderos», y en este caso, Cuitláhuac García, al decir que Yunes estuvo detrás del problema de la basura, está reconociendo que él e Hipólito García fueron unas suculentas chuletas de cordero.
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