Vox populi, vox Dei: ¡Que se vaya Hipólito!

Alcalde
El alcalde de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero FOTO: ANTONIO PALACIOS/FOTOVER
- en Opinión

Édgar Hernández* / 

¡Xalapa ha tenido pésimos alcaldes, pero nadie como Hipólito Rodríguez!

Pocas veces la historia de la ciudad capital ha registrado un fenómeno ciudadano como el sucedido en las últimas horas en donde familias enteras se han sumado al repudio contra su máxima autoridad.

Le exigen que se vaya.

Consultas ciudadanas reprobatorias, sondeos altamente desfavorables en las redes sociales, airados reclamos voz en cuello al pie del ayuntamiento, urgencias de solicitud de licencia y 180 toneladas de basura que andan danzando de pueblo en pueblo.

Al tema de los desechos sólidos se suma el de los baches y el del agua procedente de Quimixtlán, Puebla cuyas autoridades amenazan con suspender el suministro del vital líquido para Xalapa.

Ese es el escenario de la ciudad capital en las últimas horas en donde el desgaste natural del ayuntamiento es suficiente para que el atarantado Hipólito Rodríguez renuncie.

Ya mismo resulta inexplicable que este amigo denuncie persecución y amenazas familiares y que insista en que manos aviesas están crispando el problema de los desechos sólidos.

Acusa politización el bloqueo a basureros y culpa a Miguel Angel Yunes del conflicto.

También acusa a los trabajadores, a sus trabajadores de limpia pública de exigencias desmedidas, quienes por respuesta esta mañana de miércoles 10 de octubre han decidido salir a las calles para exigir que se vaya.

A la par, las explicaciones de la autoridad municipal carecen del respaldo ciudadano.

No hay disculpa ante los cientos de toneladas de basura desde hace días andan peregrinando de Xalapa a Emiliano Zapata, al puerto, a Villa Aldama, al Centro de Salud de El Castillo, a Pinoltepec.

La administración municipal no sabe cómo gobernar.

Se cruza de brazos ante evidencias fotográficas y en video que muestran  las principales calles y avenidas plagadas de islas de desechos malolientes y llenos de roedores y perros que llegan a destrozar las bolsas de desechos en la búsqueda de desperdicios.

La ciudadanía está muy encabronada.

A media tarde de ayer se hizo una consulta en redes y decenas de miles de familias jalapeñas votaron por la renuncia del “doctor” Hipólito quien no acierta a responder, simplemente no atina solución alguna.

Se ha puesto incluso saco y corbata para ir a ver al gobernador Miguel Angel Yunes, quien sin protocolo alguno lo recibe en un patio de hangar de “El lencero” para de rodillas obligarlo a que ruegue ayuda.

Hace mucho que no se veía tanta impericia, tanta indignidad, tanta indolencia.

No puede ser que Hipólito Rodríguez acuse que la basura ha sido “sembrada” por alguien y culpar al gobierno de cerrarle las puertas para que no pueda tirar los desechos generados en la ciudad.

Imposible su ausencia de capacidad de negociación.

Ni pagando le aceptan su cochinero “no es mi basura, no son mis baches…y yo no clausuré el relleno sanitario”.

En los hechos, sin embargo, este miércoles por segundo día consecutivo Xalapa amanece con una señalada pestilencia, sobre todo la que proviene del ayuntamiento en donde la impericia hiede.

El propio senador Ricardo Ahued, en desesperada acción, ha solicitado una reunión con los representantes de Proactiva que llevaban el manejo del tiradero denominado El Tronconal, pero no hay respuesta de la autoridad.

Hasta el corte de esta madrugada ya son 180 las toneladas de basura que andan danzando sin encontrar asiento incluso so riesgo de desatar enfermedades intestinales y respiratorias.

Es la primera vez que Xalapa vive una situación tan enojosa en donde hasta el magro turismo ha decidido alejarse de la pestilencia.

Ello mientras en oscuras oficinas del ayuntamiento, ahí donde despacha la síndica Ivonne Cisne, la dama de hierro se frota las manos esperando la licencia de Hipólito Rodríguez Herrero para entrar al quite.

Hipólito debe irse, es el reclamo generalizado.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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