A Antonio Benítez Lucho le interesa dirigir el PRI, pero no porque le preocupe la sanidad de este instituto político. A Benítez Lucho le preocupa que en unos meses se le va a acabar el hueso en la delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y pues quiere aterrizar en blandito. Por supuesto le preocupa él, sus ingresos, pero también el montón de gente que logró colocar, algunos de manera irregular en las delegaciones del IMSS.
Benítez Lucho quiere además que el IMSS le pague como finiquito por sus servicios en la delegación cinco millones de pesos, como si hubiera hecho un gran servicio a la nación. Entre las irregularidades que se han detectado en la Delegación Norte del IMSS se pueden contar 90 plazas cobradas en 50 mil pesos cada una, graves anomalías en obras, complacencia a la empresa Construye a tiempo SA de CV, para no sancionarla por vicios ocultos en la construcción del velatorio del IMSS en Xalapa, costos elevados de obras, abandono de parque vehicular, de clínicas y servicios, entre otras.
Benítez Lucho está en la mira de la Auditoría Superior de la Federación (AFS), la cual valorará su desempeño y tomando en cuenta tantas irregularidades, este funcionario federal merecería diversas sanciones y hasta inhabilitación del servicio público. Ah, pero quiere ser presiente estatal del PRI, para seguir mamando él y sus chanchitos de la ubre del presupuesto.
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