Uno de los errores más grandes que cometió el Gobierno Federal en su carrera obcecada de querer imponer una reforma laboral, disfrazada de educativa, fue no tomar en cuenta las opiniones de maestros de aula y de padres de familia. La Secretaría de Educación Pública (SEP) le dio prioridad a la Ley de Servicio Profesional Docente y dejó para después la parte pedagógica y administrativa. Programas como Escuelas al Cien y Escuelas al Centro y su dichoso modelo educativo que trajo varios cambios en las escuelas secundarias, no termina de convencer ni al magisterio como a los padres de familia.
Al menos este noviembre muchos padres pondrán su cara de asombro e incertidumbre a darse cuenta que ya no recibirán la boleta tradicional de calificaciones. Y en su lugar la calificación será dividida entre rubros; el primero será campo de formación académica, el cual incluirá asignaturas como lengua materna, matemáticas y conocimientos del medio.
El segundo denominado áreas de desarrollo personal y social, que separa tres aspectos a evaluar: artes, educación física, y educación socioemocional. Y en el último se encuentra ámbitos de autonomía curricular, el cual incluye el apartado de clubes. Lo cierto es que en el pasado ya ha habido varios intentos de evaluación, que no rindieron cómo se esperaba. Ya se verá cómo responden los padres de familia.
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