Cuando una persona aspira a un puesto como funcionario público no es el sueldo lo que persigue, en todo caso el sueldo es lo de menos. Javier Duarte se burlaba de los veracruzanos diciendo que él depositaba su sueldo en una cuenta de Banorte, y que sus bienes se reducían a unos cuantos ahorros y propiedades. Lo que los funcionarios públicos persiguen es la posición estratégica que les permita hacer negocios.
Un alcalde, por ejemplo, busca tener el control de los recursos para poder entregar a sus allegados la obra que se debería poner a concurso; tener el control para la compra de insumos; tener el control para otorgar sueldos; tener el control para negociar con las grandes distribuidoras o hasta para vender la tierra de un municipio.
Muchos funcionarios públicos, con tal de estar en esos puestos estratégicos, hasta trabajarían sin sueldo, sabiendo que las tranzas y los moches compensarían con creces el sueldo no recibido. Es por ello que avalar una ley para que nadie gane más que el presidente resultará una verdadera vacilada si no se combate la corrupción a fondo.
Comentarios