Francisco de Luna / Xalapa, Ver. En el fraccionamiento Lucas Martín de la ciudad de Xalapa, los vecinos cuentan que ahí los ladrones se disfrazan de trabajadores tanto de las comisiones Federal de Electricidad (CFE) y Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS).
Incluso de conductores que llegan con taxis clonados para asaltar a transeúntes y también cometer robos en las casas de esta unidad habitacional.
Las calles se observan solitarias, la mayoría de las casas mantienen puertas y ventanas cerradas. La gente desconfía cuando observan pasar a extraños.
En las fachadas de domicilios hay decenas de lonas que las ofrecen como renta o venta, pues algunas familias han huido del lugar.
En la calle Colegio Preparatorio, se observa una lona amplia que anuncia que el fraccionamiento está vigilado y además cuentan con alarma vecinal, para que la mayoría de las familias acudan al llamado para detener a los rateros.
Los vecinos para tratar de contrarrestar la inseguridad que viven diariamente optaron por colocar portones en los accesos privados. Pero tuvieron que pasar por todos los procesos municipales para lograr la autorización.
Justificaron cómo es vivir con temor, en una de las colonias más peligrosas de la capital veracruzana, ubicada en las colindancias con el río Sedeño y el territorio del municipio de Banderilla.
Al fondo de la calle Colegio Preparatorio a fuerza se tiene que pasar a lado de una barda larga y con una altura superior a los tres metros. No tiene revoque, sólo unas líneas pintadas en color amarillo. Y frente a esta unas 15 casas deshabitadas.
El lugar está completamente solitario y a una cuadra atraviesa el Sedeño.
«Ese pedazo es oscuro y han asaltado a eso de las 07:00 de la noche. Les pasa a estudiantes. Hay partes oscuras en el fraccionamiento. En la segunda sección de la unidad también han robado a las casas y a las tiendas».
Ante el incremento de inseguridad, las familias ahora tuvieron que instalar cámaras de videovigilancia, incluso en algunos domicilios han tenido que enrejar completamente para evitar los robos.
Algunos de los casos, es que varios vehículos han amanecido sobre ladrillos, porque durante las noches les son robadas las llantas, incluso han sido cristaleados y los espejos arrancados.
Hay pasillos que dirigen hacia las casas donde también han sido colgadas las lonas de advertencia en contra de los ladrones. En unas ocasiones ha funcionado, porque opinan que hay temporadas en que la zona es demasiado tranquila.
Una de las vecinas que caminaba para ejercitarse en compañía de su hijo, comentó la situación que atraviesan por la intranquilidad de vivir en el lugar. Por esa razón los colonos acordaron apoyarse.
«Pasa que vienen taxis y de ahí desciende una pareja. Y cuando reportábamos acudía la policía y nos enterábamos que se trata de taxis clonados, por ello se les facilitaba atracar», pues no sospechaban de estas unidades.
También, cuentan que los ladrones intentan abrir las puertas y utilizan barretas. Por ello optaron por colocar un portón en la privada que da hacia la Calzada Lucas Martín para proteger sus domicilios.
En esa zona, las familias se organizaron para colocar portones por la inseguridad y los constantes robos. Calculan que cada semana ocurrían hasta tres asaltos con pistola o navajas.
«Hay un portón aquí, otro allá. Llegan vestidos de la Comisión Federal y del Agua o vestidos con otros uniformes y así entran», sin embargo en una ocasión fueron descubiertos cuando ya tenían la puerta abierta de una de las 16 casas que se ubican al fondo de la calle.
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