En 2005, AMLO entró al Congreso a defenderse de un desafuero; en 2018 entrará para ser presidente constitucional

Obrador
Andrés Manuel López Obrador FOTO: WEB

Si algo se le debe reconocer a Andrés Manuel López Obrador es su tenacidad y el no haber perdido la brújula que lo llevaría a la presidencia de la República y a hacerse de la cámara de diputados, senadores y también la de la mayoría de los estados. Sus métodos, un poco ortodoxos, las marchas, las arengas, el voto por voto, casilla por casilla dieron resultado. Todavía está fresco en la memoria de muchos cuando el tabasqueño se instituyó presidente legítimo recibiendo una banda presidencial republicana.

Sus enemigos políticos se morían de la risa y los medios afines al sistema hacían escarnio de esa postura. Sin embargo, AMLO no se dejó vencer, apretó el paso y volvió a recorrer el país por tercera ocasión. Al principio la gente lo recibió con reservas, no obstante, su carisma y honestidad, comenzaron a ganar voluntades.

La historia es cíclica, ésta se repite en diferentes circunstancias; años atrás AMLO entró al Congreso Federal a defenderse de un desafuero inventado por Vicente Fox; ahora, en menos de 100 días, entrará nuevamente, pero ahora a recibir la banda presidencial que lo ungirá como presidente constitucional de la República. Eso se llama constancia.

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