Así son las redes sociales, a ratos son implacables con aquel que piensan es infractor, pero luego tienen el corazón de pollo y lamentan que se castigue de manera tan severa al infractor que anteriormente acusaron. Esta bipolaridad es muy común en una sociedad que tiene plena libertad para opinar sobre asuntos que no investiga, que no le constan, que no le competen. Esto lo decimos por el caso del repartidor de Bimbo que le robaba a un adulto mayor en su tiendita.
En un video que se volvió viral, el trabajador de Bimbo se palabrea a un anciano para que este se distraiga y así poder robarle producto. El video causó la indignación de miles de usuarios de las redes sociales, quienes calificaron este abuso como un crimen, quienes ayudaron a localizar al delincuente. Pues ya le quitaron su trabajo al abusivo vendedor de Bimbo, ya apareció su fotografía y su nombre, ya la policía de la Ciudad de México se lo llevó acusado de robo, pero además acusado de acoso sexual, porque el anciano, dueño de la tienda, dijo que el sujeto pretendía a su hija menor de edad.
Entonces las redes sociales sintieron lástima por el vendedor de 38 años y les parece demasiado severo el castigo para alguien que se robó unos pingüinos, sobre todo, cuando circula la noticia de que Javier Duarte puede salir libre.
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