En el Congreso Nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador volvió a dejar muy en claro la importancia de la política de austeridad con la que pretende recaudar presupuesto para los muchos proyectos que trae en mente. De entrada, y para poner el ejemplo, AMLO pidió al partido Morena que renunciara al 50 por ciento de lo que recibe del Estado. Para López Obrador la austeridad es una decisión política de ahorrar, una determinación “voluntaria”, dice él. A la austeridad por parte del Poder Ejecutivo también se sumará el Poder Judicial (cinco mil millones de pesos).
El Poder Legislativo, al menos en la parte que corresponde al Senado, ya se acordó una reducción del 30 por ciento del presupuesto; sólo esperan que los diputados federales se sumen a esa austeridad voluntaria. En ese Congreso Nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de México, reiteró que enviará al Congreso una ley reglamentaria para el artículo 127 constitucional, todo para que quede muy claro que ningún servidor público, en los tres poderes, podrá ganar más de lo que perciba el presidente de la República.
Si usted se preguntaba de dónde iba a sacar AMLO el dinero para duplicar la pensión a los adultos mayores, de dónde iba a sacar dinero para las becas de estudiantes, de dónde iba a sacar dinero para emplear a tanto joven desempleado, pues la respuesta puede estar en esta austeridad voluntaria.
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