Odiada por muchos y amada por otros tantos, así es la maestra Elba Esther Gordillo. Aun estando en prisión domiciliaria se siente su presencia. Su destino definitivamente cambió con la victoria de Andrés Manuel López Obrador, quien piense o diga lo contrario está viviendo en el error. Algunos analistas muy cercanos al periodo de transición, creen que su estadía en su departamento sólo será cuestión de meses para que la maestra recupere plenamente su libertad.
Que no se olvide que la maestra ha sido declarada inocente en dos casos de fraude fiscal, pero tiene juicios abiertos por lavado de dinero y delincuencia organizada, sin embargo, estos últimos fueron previamente diseñados por el staff de Enrique Peña Nieto, debido a su abierta postura en contra de la Reforma Educativa. Esta última acción de la maestra la redimió ante los casi un millón setecientos mil maestros regados en el país, sí, leyó usted bien la cantidad, según estadísticas del propio sindicato.
Hoy el magisterio se encuentra dividido; por un lado, existe un grupo que va tomando fuerza, que quiere que la maestra regrese y tome las riendas del SNTE. No obstante, hay otro grupo que no la quiere ver ni en pintura, ya que el tufo de corrupción parece acompañar a la maestra Gordillo. Ya se verá qué pasa después del primero de diciembre, pero lo más seguro es que este personaje emblemático de la política mexicana seguirá dando de qué hablar.
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