Sí, ya sabemos que en teoría los diputados representan la voluntad del pueblo, sabemos que los elegimos para que tomen decisiones que nos beneficien a nosotros. Sin embargo, en los últimos años, o mejor dicho en los últimos sexenios los diputados sólo representan los intereses de partido, los intereses de quien los hizo diputados y esos no fuimos nosotros.
Por ello no debería sorprendernos que una persona anodina, sin méritos políticos o sociales llegue a diputado, pues ese legislador le deberá el puesto al gobernante que lo puso ahí. Entonces, si los diputados, sean de cualquier partido, ya no nos representan y eso los invalida para elegir al Fiscal Anticorrupción, por qué no lo elegimos nosotros.
Existen mecanismos que se podrían implementar para que se cree una comisión ciudadana que elija a quien deberá ser el Fiscal Anticorrupción. Por cierto, muchos gritaban histéricos por la elección del Fiscal Anticorrupción, pero, ¿saben esos histéricos qué funciones asumiría ese nuevo funcionario público? Algunos gritaban consignas sobre temas que para nada le atañen. Puras ganas de armar escándalo.
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