El problema es que junto con acreedores legítimos se están colando muchos vividores que hicieron del “método Duarte” su modus vivendi. Sujetos sin escrúpulos que, aprovechando el derroche financiero del sexenio anterior, inventaron constructoras, que se hicieron proveedoras fantasmas, que se prestaron al juego de la corrupción; ya lo dijimos, incluidos empresarios periodísticos que creen les van a pagar los millones que cobraban por la adulación al Nerón veracruzano.
El tema debería preocuparle al próximo gobernador, porque Yunes Linares no va a pagar deudas ilegítimas, y esos que hoy arman dramas y se victimizan haciendo de un empellón una madriza inhumana, son los que Cuitláhuac va a tener haciendo antesala para exigir los mismos pagos.